No llego. Corro, contrarreloj permanente. Voy tarde. Atasco; continuos disonantes claxonazos. Insoportable ruido. Estrés. Colas interminables, y no llego. No, no soy el conejo del País de las Maravillas de Alicia. Zapatero y su alianza con incívicos; álgida kale borroka, queremos quemar policías vivos; ataque a la Judicatura, ahora extrema derecha (sic López Garrido); López Aguilar sigue al anterior López en sus paranoias mentirosas; y otro López, Patxi... No puedo más, necesito un respiro; a break, or a breakdown.
Salgo a pasear, diez o quince minutos son suficientes, cerca de un parque; rodeándolo para ganar perspectiva, sensación de verde globalidad que elimina el detalle odioso (suciedad, mal estado del asfalto; da igual, hoy tengo espíritu Escarlata O´Hara y ya lo pensaré mañana). Tras las lluvias -bendita agua que riega campos y cultivos, abastece pantanos, limpia la contaminada urbe y evita robo de helicópteros-, árboles, arbustos, plantas, flores, están exultantes. Nos ofrecen todo su esplendor, expandiendo ramas, hojas, pétalos, para hablar entre sí, de cerca, susurrándose. Se saben efímeras y muestran una belleza insultante. Están ahí, sólo tenemos que mirar, no ver; escuchar, no oir.
Paradoja del Estado del bienestar, gran malestar generalizado. Terapia de shock. Créate tu propio bienestar, sin necesidad de Bricomanía. Sólo depende de ti.
2 comentarios:
Yo he decidido refugiarme en mis plantitas.Cuando tengo una sobredosis de ZP o de Pepiño Blanco,me lio como loca con mis ficus,y me quedo nueva.
El Gobierno ya se ocupa,querida Natalia,de ofrecernos microclimas de relax a la sombra de la Operación Malaya.
La Zaldivar y De Caldas servirán de carnaza y entretenimiento al personal,y así se oscurece bajo la sintonía del "aquí hay tomate",el estruendo de la kale borroka y la claudicación ante ETA.
Pan y circo.
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