Siendo Presidente del Consejo de Ministros en una de sus últimas etapas (de las siete en las que ostentó el cargo), Práxedes Mateo Sagasta recibía un continuo y feroz ataque desde el periódico “El Imparcial”. No había día que el político riojano no recibiese algún ataque por parte del rotativo.
En cierta ocasión, estando paseando por La Concha en un viaje que realizó a la ciudad de San Sebastián se cruzó con un grupo de periodistas que quisieron en hacerle unas cuantas preguntas. Tras el saludo inicial, uno de ellos le preguntó:
«¿Qué hay de nuevo, señor presidente? »
A lo que Sagasta respondió:
« No sé nada. Todavía no he leído “El Imparcial”»
Rajoy ya no tendrá que preocuparse de que dice EL MUNDO a partir del próximo 2 de febrero, porque Pedro J Rámirez deja de ser director del diario que durante veinticinco años más ha influido en la vida política española.
Desde la dirección de Diario 16 primero y de El Mundo después, Pedro J Rámirez a base de exclusivas y de periodismo de investigación ha puesto negro sobre blanco la corrupción y el saqueo del PSOE con Felipe González en el poder, el terrorismo de Estado de los GAL de Mister X, el latrocinio de los fondos reservados, el robo del dinero de los huérfanos de la Guardia Civil por parte Luis Roldán, las mil y una preguntas sin respuestas y los "agujeros negros" de la versión oficial de los atentado del 11-M, la negociación/claudicación de Zapatero con ETA, el caso Campeón, el caso Bárcenas y los sobresueldos, Gürtel, los EREs falsos de la Junta de Andalucía y el escándalo de Urdangarín.
"Ya dijimos cuando fundamos El Mundo que nada se antepondría al derecho de la información, nunca se dejaría de publicar una noticia verdadera y relevante. Reto a que alguien ponga un ejemplo de que esto no ha sido así. Dijimos que no habría tabúes y no los ha habido, ni zonas de sombra y hemos iluminado hasta el último rincón de las cloacas, ni sancta sanctorum y hemos entrado a lo más alto de los palacios. (...) Dijimos que aquél que quisiera hacernos pasar por el aro abandonara toda esperanza".
Pero si preguntáis como me siento, contesto: "Made weak by time and fate, but strong in will to strive, to seek, to find and not to yield"
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) enero 30, 2014
Sobre su cese,Pedro J ha explicado en una entrevista en COPE que no se va por decisión propia y que su voluntad era de continuar en su cargo de director. En cuanto a los motivos, fue tajante y atribuyó la decisión a presiones políticas. "Las fauces del poder siempre están abiertas para devorar la libertad de expresión, la palabra, y el pensamiento", comentó al tiempo que apuntó que "en una situación tan frágil de los medios de comunicación desde el punto de vista empresarial el poder tiene más capacidad de influir en lo que son legítimas decisiones empresariales".
Bdías. 1)"Our republic and its press will rise or fall together. An able, desinterested, public spirited press, with trained intelligence...
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) enero 31, 2014
2) ...to know the right and courage to do it, can preserve that public virtue without which popular government is a sham and a mockery...
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) enero 31, 2014
3) A cynical, mercenary, demagogic press will produce in time a people as base as itself. The power to mould the future of the republic...
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) enero 31, 2014
y4) ...will be in the hands of the journalists of future generations." (Joseph Pulitzer) Perdón por lo largo de la cita y por no traducirla.
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) enero 31, 2014
Una de las obras imprescindibles en la historia del periodismo es la autobiografía de Ben Bradlee, Una vida buena, en la que narra sus experiencias como editor de The Washington Post entre 1968 y 1991.
Un momento especialmente revelador en el tema que nos ocupa es el relacionado con la cobertura del caso Watergate, que terminó con la renuncia del presidente Richard Nixon.
Fue una situación difícilísima para el periódico y para el propio Bradlee porque las presiones de la Casa Blanca eran constantes. Nada ni nadie sabía cómo terminaría el escándalo y de ahí el frágil equilibrio entre lo que reporteaban Bob Woodward y Carl Berstein y los propios intereses de la empresa.
Hace unos días Barry Sussman, quien en esos años era el editor de la sección ciudad y jefe directo de los reporteros escribió: “Nixon, probablemente en la creencia de que podría sobrevivir al escándalo Watergate, tenía en mente un plan a largo plazo para castigar al Post. Las cintas de Nixon revelan una conversación en septiembre de 1972 en la que él y sus asesores discuten cómo vengarse de The Washington Post. ‘Lo más importante es que el Post va a tener problemas terribles, terribles más allá de éste’, afirmaba Nixon: ‘Hay que jugar este partido con una dureza extrema’.”
Saquen sus conclusiones.
natpastor@gmail.com