
La Comunidad de Madrid abrirá un aula de excelencia (para los alumnos más aventajados) en los institutos de enseñanza secundaria la próxima legislatura, iniciativa que se suma al bachillerato de excelencia al que accederán los alumnos que lo deseen entre los que más mérito hayan acumulado durante la escolarización obligatoria.
Una de las primeras decisiones que tomó Zapatero fue derogar la Ley de Reforma Educativa que había elaborado el PP. Desde entonces, prácticamente el mayor empeño del Ejecutivo ha sido imponer una asignatura: Educación para la Ciudadanía.
Con ese bagaje, los datos comparados sobre el número de estudiantes y sus resultados académicos entre todos los países de la OCDE no deberían extrañar a nadie.
Que España esté a la cola en todos los indicadores, por debajo de la media de la UE y de todos los países importantes del mundo, no debería sorprender.
Es ya una triste tradición que la política educativa española reciba un suspenso con cada informe anual de la OCDE o el que emite PISA.
En 1993 un niño de 14 años que se sacaba la E.G.B. cuyo título era el graduado escolar, salía con una formación suficiente equivalente o superior a un 4º de secundaria donde algunos alumnos de 16 años se encuentran en la dificultad de no saber despejar la incógnita de una ecuación de primer grado.

Por eso sorprende - o no...-, la furibunda reacción de la izquierda contra el Plan de Excelencia de Esperanza Aguirre. El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, rechazó la idea y afirmó que el sistema tiende "a separar, aislar o seleccionar y eso no va con quienes creemos en una dimensión social de la educación y de incorporación de todas las diferencias".
O sea, el igualitarismo a la baja. Nada de cultura del esfuerzo ni de busqueda de la excelencia.
Puro modelo cubano o soviético. La nostalgia...
Más contundente fue el rechazo del secretario de Estado de Educación y Formación Profesional, Mario Bedera, quien afirmó que el plan de Aguirre supone "separar, segregar y crear guetos".
A incentivar el talento y el espíritu de superación, lo llaman "crear guetos".
Nada mejor que el espíritu lanar y la mediocridad.
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