
Andalucia y Extremadura, reductos inmisericordes del socialismo, se han sumado al carro de las comunidades socialistas para subir impuestos.
Griñán, presidente andaluz, anunció la implantación de una tasa a los depósitos bancarios similar a la que ya existe en Extremadura, que ha decidido incrementar su cuantía en un 15%.
Va elevar el tipo máximo del IRPF a partir de 80.000 euros, mientras que Guillermo Fernández Vara, el bellotari extremeño, lo hará a partir de rentas de 60.000 euros.
La subida será progresiva hasta llegar a los tres puntos para los ingresos que superen los 120.000 euros en ambas comunidades.
Es evidente, incluso para profanos en lídes económicas, el nulo impacto recaudatorio de estás medidas, pero es que además se ceba de manera grosera y obscena sobre las rentas de trabajo más altas que ya están gravadas con un tipo del 43% mientras ignora y hace la vista gorda con las grandes rentas de capital o las SICAV.
La guinda de este pastel indigesto la pone ese impuesto sobre los depósitos, que supone un gravamen sobre el ahorro de los ciudadanos.
La propaganda y soflama progre argumenta que lo tendrán que pagar los bancos, pero resulta evidente hasta para un lactante, que las entidades financieras lo van a trasladar a sus clientes.
Y es que si hay algo evidente, es que aumentar la presión fiscal no es ni por asomo, la estrategia más adecuada para reactivar una economía deprimida, agonizante, en una situación en la que la mayoría de los ciudadanos han visto seriamente mermada su capacidad adquisitiva.
Y para más inri, estas medidas se producen en Andalucia y Extremadura, las regiones españolas más subsidiadas, con menor renta per capita, con mayor número de funcionarios y con mayor tasa de paro.
Son las dos únicas comunidades que reciben el PER, ese subsidio de paniaguados y de voto cautivo de 420 euros mensuales para quienes cumplan el requisito de 20 peonadas anuales.
El PER le cuesta al Estado 750 millones de euros al año, que se reparten entre los 150.000 andaluces y extremeños que lo cobran. Andalucia y Extremadura Imparables.
Eso sí: de reducir gasto, funcionarios, televisiones autonómicas, coches oficiales, altos cargos con vitola de amiguete y curriculum de aparcacoches, personal apuntado a la mamandurria y al trinque, asesores fantasmagóricos, ... de eso, ...nada.