
La manifestación -aquelarre- de ayer en Madrid en apoyo a Baltasar Garzón se convirtió en un patético acto- como no podía ser de otra manera-, en el que miles de individuos de la extrema izquierda arremetieron contra la Justicia, con insultos como el de «fuera fascistas del Supremo».
Lo más grave, lo realmente vergonzoso y que retrata a la perfección la jaez de los protagonistas,es que estos no eran sujetos anónimos presos de una exaltación revolucionaria frentrepopular, sino personajillos del mundo de la "kultura", del pastueño y pesebrero "clan de la zeja", junto a sindicalistas y políticos de IU o PSOE, como Cayo Lara, Gaspar Llamazares o Pedro Zerolo.
Se supone, que estos personajes,por sus cargos públicos y políticos, deben de estar obligados a velar y cuidar la independencia y el buen nombre de las instituciones que conforman el Estado de Derecho de nuestra democracia. Pero desgraciadamente, no es así.
Prima el sectarismo bilioso y vociferante, frente a las responsabilidades que acarrean sus cargos.

Si da grima ver a vetustas titiriteras como Pilar Bardem, Marisa Paredes o Lola Herrera, ejercer de santa compaña jaleadora de un juez imputado por prevaricación y cohecho, más tristeza, estupor y vergüenza ajena produce ver a líderes sindicales como Toxo o Méndez, secundar con entusiasmo manifestaciones en favor de un magistrado imputado por cohecho - tras haber trincado 1,2 millones de dólares de empresas y bancos para sus cursos en N.Y-, en vez de dedicarse en cuerpo y alma a combatir el paro y el drama de más de cinco millones de familias en nuestro país.
Que asco y que vergüenza dan.
natpastor@gmail.com