Estallido

Más de 3.450 coches, camiones y autobuses ardieron en Francia en 2005, tras la muerte, de dos adolescentes, electrocutados en un transformador eléctrico donde se habían escondido porque se creían perseguidos por la policía. Fue un estallido brutal de violencia, un cóctel de marginación, paro, racismo, miseria, y un aviso de lo que la inmigración descontrolada, el paro, las bolsas y ghettos de los suburbios, pueden ocasionar.
La muerte de un inmigrante senegalés apuñaldo en una barriada marginal de Roquetas de Mar en Almeria, ha desencadenado una oleada de violencia salvaje, con ataques al personal de la ambulancia a pedradas y botellazos como ya lo hicieron con las fuerzas de seguridad y los bomberos, quema de contenedores y asaltos a comercios y negocios.
La negligente y suicida política de inmigración del Gobierno Zapatero, permitió la llegada masiva de inmigrantes ilegales a nuestro país, que propiciado por la legalización en bloque del Ministro Caldera, ocasionó un efecto llamada que ahora estamos pagando.
Con una situación económica en recesión, sin trabajo, con millones de parados en las bolsas del INEM, los inmigrantes se ven en un callejón sin salida, en un recurrente sueño roto que sólo les ofrece hambre, marginación y pobreza infrahumanas.
El buenismo oligofrénico de Zapatero, una vez más , nos pone contra las cuerdas.
Lo de Roquetas es un aviso de lo que está por venir, en un deterioro de la situación que avanza a velocidad vertiginosa.
Escipión el Africano prendió en llamas a Cartago para ajustar cuentas con la afrenta que Aníbal había infligido a Roma. Los godos hicieron lo mismo con las ciudades del este del imperio.
Veremos como acabamos en la España de Zapatero.

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