jueves, abril 03, 2008

Justicia en derribo


Según publica el diario El Mundo, el Tribunal Supremo ha anulado la condena de 30 años al terrorista de los GRAPO Marcos Martín Ponce debido a un cúmulo de negligencias policiales y judiciales, tal y como recoge una sentencia del Alto Tribunal.
Una mujer que presenció como un policía era disparado no pudo ser localizada a pesar de ser testigo protegido, dado que su comparecencia era esencial ya que identificó al acusado como la persona que disparó al policía.
Al final, la principal testigo no pudo testificar ni ser interrogada por la defensa "contraviniendo así elementales exigencias del derecho de defensa y del derecho a un proceso con todas las garantías".
El Tribunal Supremo en su sentencia,
alega que se vulneró su presunción de inocencia al no comparecer en el juicio la testigo protegida que lo identificó sin ningún género de duda.
Y es que en los últimos dias, llueven noticias que indican que la Justicia padece una "aluminosis" en su estructura, una absoluta carencia de medios, unas cargas de trabajo superiores a los que cualquier magistrado o juez puede atender, por lo que es inevitable todo este cúmulo de despropositos y negligencias tan terribles como las que han acaecido.Y acaecerán
Y es que desde los partidos políticos, la Justicia sólo se aborda como un medio de "control", de politización efectiva, y nunca desde la perspectiva de dotarla de medios, de modernizarla para que sea más eficaz.
La Justicia pierde credibilidad cuando entra en cambalaches, cuando resplandecen "jueces estrellas", cuando se dividen los profesionales en "progresistas" y "conservadores", cuando en suma, se pierde de vista que la Justicia es un pilar básico del Estado, y su principal baluarte.
Así estamos.

sempietnos@hotmail.com

16 comentarios:

Anónimo dijo...

La Justicia no se puede permitir este tipo de fallos de nuevo.

aaaaaaaaaaaaaaa dijo...

El asesino de Mariluz estaba en la calle porque lo han condenado y su sentencia la habian echado "al montón" junto con otras miles, la mayoría de las cuales no eran de la gravedad de esta. De esa manera, no se ejecutó la sentencia.
A este tipo lo van a dejar en la calle porque "no han podido localizar" a una mujer "testigo protegido" (¡¡¡¡¡¡¡¡). ¿Cómo de protegida estaba, si no han podido encontrarla? ¿Quién la custodiaba, quién la controlaba?
Sempietnos: no creo que el problema de la Justicia sea de presupuesto, ni de cambiar de ministro. Es que en España, trabajamos muy mal. Somos el pais de la chapuza.

Anónimo dijo...

Suma y sigue. Y lo que no nos enteramos....

francisco dijo...

Si se ha hecho mal la instrucción que se repita el juicio, pero la solución no es absolverlo, ese asesino no puede salir de la cárcel.

Anónimo dijo...

Después les extraña que la ciudadanía tenga poca confianza en la justicia.

Julio Andradas dijo...

Vistas y leidas ciertas noticias sobre las "pifias" cometidas en los juzgados empezando por los jueces y acabando por los funcionarios es innegable que estamos ante un problema de una gravedad extraordinaria.

Anónimo dijo...

En otros países un tema tan bochornoso como éste, hubiera causado una conmoción nacional y caido cientos de cabezas así como remodelado ciertas estructuras marchitas como el estamento judicial en España.

Anónimo dijo...

Una realidad vergonzante donde por pura desidia, un peligroso criminal convicto anda suelto.

Anónimo dijo...

Antes, cuando la giliprogresía no mandaba en Europa, la cárcel no servía para reinsertar, sino para castigar al delincuente, proteger de éste a la sociedad y frenar a ésta para que no delinquiese. Desde el momento en que la giliprogresía erradicó la idea de culpa, tenemos lo que tenemos. La idea de Rousseau del buen salvaje era un mito, pero eso ya se sabía desde hacía mucho tiempo, por lo menos desde que se tiene noticia de las primeras guerras tribales, sin hombre blanco por medio. Otra cosa es que algunos no quisieran ver la realidad. La realidad, en este asunto, es que el hombre está inclinado al mal, y esa inclinación hay que saber frenarla con sentido común, no con “buenismo” estúpido pero políticamente correcto.
Sólo hay diligencia cuando la infracción, falta o delito supone una merma para las arcas del Estado. No hay mayor dureza que la empleada contra el más pequeño defraudador a Hacienda o contra cualquier conductor que cometa la más mínima infracción, aunque sea de aparcamiento. Lo de perseguir a un pederasta no da dinero al Estado, si bien, a la larga, acaba por salirle caro. Pero en este país nunca ha habido sentido de la previsión. Esto podrá acabar el día en que un político o un juez se vean en algo similar a lo de Huelva. Mientras tanto, España seguirá siendo el paraíso de las mafias y los delincuentes.

Decentes dijo...

Magnífica la argumentación. No se ha trabajado ni se trabaja para una eficiencia de la justicia de cara al el ciudadano sino para una eficiencia política de la justicia.Saludos

Anónimo dijo...

Sin Justicia no hay Estado, si acaso una república bananera, nada más. Cada vez me entran más ganas de coger las maletas y largarme del solar patrio.

Andrés Álvarez dijo...

Ya sabes que hice una entrada sobre este tema, y por lo tanto sólo diré que estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Añadiré una cosa; esto es penoso.

Saludos de un estudiante de Derecho y proto-aspirante a formar parte del Poder Judicial.

Caballero ZP dijo...

Bueno pues yo este tema lo veo más bien como un problema judicial que como un problema policial, en definitiva como la mayoría.
La justicia en España apesta, Bermejo dimisión ya, además de depurar responsabilidades por encima suya.
Saludos

Víctor Álvarez dijo...

Despues del desastre que costó la vida a una niña sus peticiones pierden peso y hay mucha gente en huelga que no tiene culpa de nada pero la mancha es muy extensa.
Espero que todo llegue a buen puerto aunque con esta gestión es complicado.

Shasta dijo...

Pero las consecuencias no van más allá de las quejas de los ciudadanos.
No se va a hacer nada. Seguiremos igual y no podemos hacer nada...

el escritor escondido dijo...

Y esto es sólo la punta del iceberg. Salu2.