La penúltima de Aído, esa reponedora de supermercado transformada por mor de una cuota sectaria, inútil y onerosa en ministra, consiste en una propuesta para realizar un cambio radical en los cuentos que se relatan a los niños de tal manera que no se vean abocados a transformarse en unos monstruos machistas gracias a la ideología de género.
Pérez Reverte pone negro sobre blanco en este asunto desde su atalaya de EL SEMANAL, y pasa por el tamíz de la ironía y el absurdo las ocurriencias de la "miembra".
Impagable.
Hoy me he levantado con talante. Como después de haber publicado El pequeño hoplita -un cuento sobre un niño en las Termópilas, que tanto debe a su magnífico ilustrador, Fernando Vicente- le tomé el gusto a la narrativa infantil, he decidido echar un cable. Ayudar a que nuestra ministra de Igualdad y Paridad, Bibiana Aído, rubia joya de la corona, haga realidad su bonito proyecto de conseguir que los cuentos tradicionales para pequeños cabroncetes sean desterrados de escuelas y hogares, y dejen de ser un reducto machista, sexista y antifeminista. O que, expurgados y reconvertidos a lo social y políticamente correcto, contribuyan, ellos también, a la formación de futuras generaciones de ciudadanos y ciudadanas ejemplares y ejemplaras. Como está mandado. Al principio pensaba hacerlo con el cuento de Blancanieves y las siete personas de crecimiento inadecuado; que, como sostiene Bibiana, requiere, título aparte, una remodelación general urgente. Pero ciertos indicios de intolerable violencia machista en la casita del bosque, como que sea una mujer quien cargue con todas las labores del hogar, o que no haya paridad de sexos en el número de individuos que trabajan en la mina -su número impar complica además el asunto-, me decidieron a dejarlo para más adelante. Lo intenté luego con La soldadita de plomo y ploma; y no es por echarme flores, pero lo tenía casi resuelto. Una soldadita de plomo de la ULFF -Unidad Legionaria Femenina Feroz-, terror de los talibanes afganos y de los piratas del Índico, impedida en su extremidad locomotriz por haber caído poco metal en el molde cuando la fundían. O sea, incompleta física de una pierna, para entendernos. O no. Lo que antes se decía, en jerga fascista, coja. Y que, desde su repisa en el cuarto de juegos de una niña, se enamora de un bailarín de ballet de papel maché que está enfrente, puesto tal que así, de puntillas, y que tiene una bonita lentejuela de plata en el prepucio. Se lo leí a mi hija por teléfono, a ver qué tal iba la cosa; pero al llegar a lo de la lentejuela me aconsejó dejarlo. Te van a malinterpretar, dijo. Así que al final me decidí por un clásico inobjetable: Caperucita Roja. Y está feo que lo diga, pero la verdad es que lo he bordado. Creo. Caperucita Roja camina por el bosque, como suele. Va muy contenta, dando saltitos con su cesta al brazo, porque, gracias a que está en paro y es mujer, emigrante rumana sin papeles, magrebí pero tirando a afroamericana de color, musulmana con hiyab, lesbiana y madre soltera, acaban de concederle plaza en un colegio a su hijo. Va a casa de su abuelita, que vive sola desde que su marido, el abuelito, le dio una colleja a Caperucita porque no se bebía el colacao, ésta lo denunció por maltrato infantil, y la Guardia Civil se llevó al viejo al penal de El Puerto de Santa María, donde en espera de juicio paga su culpa sodomizado en las duchas, un día sí y otro no, por robustos albanokosovares. Que también tienen sus necesidades y sus derechos, córcholis. El caso es que Caperucita va por el bosque, como digo, y en éstas aparece el lobo: hirsuto, sobrado, chulo, con una sonrisa machista que le descubre los colmillos superiores. Facha que te rilas: peinado hacia atrás con fijador reluciente y una pegatina de la bandera franquista, la de la gallina, en la correa del reloj. Y le pregunta: «¿Dónde vas, Caperucita?». A lo que ella responde, muy desenvuelta: «Donde me sale del mapa del clítoris», y sigue su camino, impasible. «Vaya corte», comenta el lobo, boquiabierto. Luego decide vengarse y corre a la casa de la abuelita, donde ejerce sobre la anciana una intolerable violencia doméstica de género y génera. O sea, que se la zampa, o deglute. Y encima se fuma un pitillo. El fascista. Cuando llega Caperucita se lo encuentra metido en la cama, con la cofia puesta. «Que sistema dental tan desproporcionado tienes, yaya», le dice. «Qué apéndice nasal tan fuera de lo común.» Etcétera. Entonces el lobo le da las suyas y las de un bombero: la deglute también, y se echa a dormir la siesta. Llegan en ésas un cazador y una cazadora, y cuando el cazador va a pegarle al lobo un plomazo de postas del doce, la cazadora contiene a su compañero. «No irás a ejercer la violencia -dice- contra un animal de la biosfera azul. Y además, con plomo contaminante y antiecológico. Es mejor afearle su conducta.» Se la afean, incluido lo de fumar. Malandrín, etcétera. Entonces el lobo, conmovido, ve la luz, se abre la cremallera que, como es sabido, todos los lobos llevan en la tripa, y libera a Caperucita y a su provecta. Todos ríen y se abrazan, felices. Incluido el lobo, que deja el tabaco, se hace antitaurino y funda la oenegé Lobos y Lobas sin Fronteras, subvencionada por el Instituto de la Mujer. Fin.
14 comentarios:
Pues yo hubiese preferido una versión de ceniciento, con unos hermanastros fascistas y machistas, y que se enamora del principito gay hijo adoptado de una ministra de paridad y una vive anoréxica. No sé, se me hacía más tienro.
Cronología de un absurdo cualquiera...
Ese cuento refleja una mentalidad muy extendida en la sociedad española: el buenismo. El buenismo ha sido explotado por la izquierda hasta la última gota. Han tenido éxito porque nadie ha sabido o ha podido contrarrestarlo haciendo ver a sus seguidores que eso no es más que una alteración de la realidad que suele traer funestas consecuencias, como está pasando. Podemos reírnos incluso por lo cursi que en ocasiones resulta el buenismo, por los eufemismos que emplea ridículos, pero lo cierto es que es un pensamiento mayoritario y que es emitido desde las principales televisiones generalistas.
Lo peor, Natalia, es que el cuento podría ser, perfectamente, un típico guión del cine español de hoy en día. Subvencionarían hasta el catering de la película, por supuesto.
Resulta ridículo y risible, pero, increiblemente, es a donde nos está llevando este ¿Gobierno?
Buenísimo, y es que Aido da para eso y mucho más.
Saludos
Cuando hablais de Bibiana Aido, acordaos de lo que dijo Jesus en el Calvario: "Padre, perdonalos porque no saben lo que hacen". Esta miembra del Ejecutivo, no solamente no sabe lo que hace, si no que tampoco sabe lo que dice.
Además, ya sabeis, hombre no es, y mujer a lo mejor tampoco. Quizás se haya quedado en ser eso asexuado que ella dice que llamemos "criatura"
Saludos cordiales
Qué grande es este tipo..cualquier día lo expulsan de la Real Academia.
Me he reido lo mas leyendolo,,,que bueno...un abrazo...
Física o química en Antena 3...
Sin tetas no hay paraíso en Tele 5...
y Bibiana... contra Perrault y Andersen...
Grande Reverte. La inteligencia y la ironía siempre van unidas a grandes intelectuales. Además no se me ocurre otra forma mas que con ironía de ponerse a la altura de un sucedáneo de Libertad (Mafalda).
La España del esperpento está servida, sólo queda refugiarse en el sarcasmo para poder sobrevivir a tanta estupidez.
Saludos
De acuerdo en todo excepto en el insulto que dirige a las reponedoras de supermercado comparándolas con la inepta Bibiana, cuya única utilidad es servir de blanco en un ejercicio de tiro.
Las reponedoras son dignas y trabajadoras, con sueldo bajo y empleo precario, todo lo contrario que Bibiana.
ASPIRANTE:
Yo no insulto a las reponedoras: comparo la cualificación profesional de Aido con lo exigido para ese puesto en cualquier supermercado.
Por si no lo sabe, este es el curriculum de Bibiana Aido:
• Prácticas en Unicaja durante el periodo agosto - octubre de 2000 (3 meses).
• Iturri S.A.: noviembre 2000 - septiembre 2001 (10 meses).
• Caja San Fernando: contrato desde diciembre 2001 al 15 marzo 2002 (3 meses).
• Observatorio de Emprendedores de la Universidad de Cádiz: abril 2002 – diciembre 2002 (Cargo político: 9 meses).
Con este extensísimo y brillante curriculum pasa a ser:
• Delegada provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en Cádiz. Decreto 37/2003, de 11 de febrero de 2003 (BOJA).
• Directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía: julio 2006 - marzo 2008.
• Desde abril de 2008, máximo responsable del Ministerio de Igualdad
Inisfree ha comentado que podía ser un típico guión del cine español.
Ojalá se quedara ahí.
Lleva toda la pinta de ser el articulado de una Ley.
Cuento que un progre jamas podra captar su ironia... un genio REVERTE!!!
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