Enrocamiento

El hombre propone y Dios dispone. Solía decirse. En la España moderna y laicista de Zapatero, el bloggero propone y el Gobierno dispone. Y el Presidente ha dispuesto que no tengamos vacaciones.
El pasado miércoles citó en Moncloa a Chaves y Blanco, para cenar, y ofrecerles un nuevo destino. Seguro que hubo escenas evocadoras de La cena de los idiotas.
Cabe preguntarse quién era Brochant, quién el catastrófico Pignon, o quién habría resultado ganador porque su idiota era el más idiota de la reunión.

Zapatero estaba profundamente contrariado por la filtración de la reforma de su gabinete. Su indescriptible expresión facial en las últimas etapas del reciente periplo, reflejaba el dolor de sentirse apuñalado como César. Fiel a su soberbia y a su necesidad de mostrar y demostrar que manda él, sin discusión, ha dejado cortas las noticias anticipadas acerca de la remodelación del Ejecutivo.
La soledad se ha tornado insoportable para este remedo de adolescente que se aventura a la independencia, con ansias de revolución, inconscientemente, sin medios, hasta que la cruda realidad le hace volver al hogar paterno, lloroso y arrepentido.
Él ha vuelto al partido.
Dicen que el cambio es de marcado carácter político, pero la polis no aparece ni como difusa mota en el horizonte. La situación del país no importa; la solución a los problemas, tampoco.
La variable a considerar en su decisión es el mantenimiento en el poder.
Apuesta por la identificación Psoe-Gobierno, por la fusión y confusión entre partido y Ejecutivo -tan bien llevada a cabo y tan rentable en Andalucía-, en una búsqueda desesperada de afianzamiento y control, de posición de dominio y poder omnímodo.
Aspiraba a un presidencialismo absoluto, pero la inconsistencia de su ego, la limitación de sus aptitudes cognitivas, la cruda realidad en fin, le ha demostrado -como al adolescente-, que, sin su partido, no es nada.
La marca Psoe, no es una mera leyenda urbana.
Se lleva a Chaves, bofetada de aire fresco, renovado. Al parecer, las encuestas en la taifa andaluza eran asustantes. Hace tiempo dije que Zapatero pretendía trasladar el modelo chavesiano al total de España. Ya lo ha hecho. Nadie mejor que Manolo, er Shave (no es un anglicismo, léase en español), para aleccionar a los presidentes autonómicos socialistas con su manual sobre el establecimiento de las bases de un régimen para la eternización en el poder, así como para hacer casi imposible la existencia y subsistencia de presidentes autonómicos no socialistas. Maestro del aniquilamiento del adversario, se encargará de la cooperación autonómica y será tercer vicepresidente. Hábil Zapatero, envía el mensaje Andalucía manda, para evitar desangramiento electoral.
Así, el "andaluces levantaos", será un "andazules, quedarse sentaos" en boca de Chaves, que dará la Deuda histórica que pidió.
Otro pájaro de juventud, Salgado. Cambia de cartera. Dispuesta a quemarse con el fuego económico. Hay trampa; es ignífuga, no sacrifica su futuro como economista (motivo al que se debe la negativa de todos los llamados. Que una cosa es defender lo indefendible en televisión -se oye y, si se escucha, se olvida-, y otra quedarse sin carrera).
Es sumisa al Presidente, ¿qué cuesta darle la razón?.
Sanidad para Jiménez, Trinidad; que es muy eufónico. Soria que vuelva a sus millonarias subvenciones por investigaciones nunca documentadas.
Cabrera paga no haber vendido la Epc y el haber trascendido su conocimiento previo de la sentencia del Constitucional al respecto. Ahora toca vender Bolonia y controlar las universidades. Gabilondo, que seguro lleva en su carga genética la facultad de mentir a todo un país.
Le sugiero que contrate a Iñaki, su hermano, para una serie de conferencias sobre ética profesional a los alumnos de último curso universitario. Zapatero demuestra que no es rencoroso.
Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura. Que quede claro: la cultura es el cine español y la intelectualidad estriba en la creatividad de la pancarta. Y el clan Bardem, aplaudiendo con las orejas. Respaldo garantizado.
Y el ínclito Blanco. Controlará el partido, desde dentro y desde el ministerio de Fomento. De su mano y de su atroz sectarismo dependen las inversiones públicas en infraestructuras.
A ver quién se atreve a chistarle.
Rajoy entiende que el Presidente no tiene objetivos, no sabe dónde va. Discrepo; lo sabe perfectamente. Necesita la armadura del partido y el recurso al sectarismo fáctico, no de discurso. Para afrontar el aciago porvenir de España la propuesta de Zapatero es: sectarismo extremo, socialismo rancio y tabernario, radicalismo cainita, profesionales de la política sin los hoy vitales conocimientos técnicos y partitocracia pudridora y putrefacta.
Pero hay que agradecerle los maravillosos momentos de comicidad, jocosidad y divertimento que nos servirán para sobrevivir.
Aunque corremos el riesgo de morir, será una muerte placentera, de risa...

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