Saltimbanquis

Anoche fue la noche de los saltimbanquis, la noche de los titiriteros y ese falserío de premios endogámicos llamados Goya.
Dos eran las películas favoritas;"Los girasoles ciegos" de Cuerda y "Camino" de Fesser.
"Los girasoles ciegos" es una cutrez recurrente, basada en el relato de Alberto Méndez que cuenta la historia ambientada, (¡cómo no!), en la guerra civil, donde un joven diácono salido, trata de beneficiarse a la madre de uno de sus alumnos, cuyo padre aparece como asesinado por los rojos, cuando se oculta en una habitación secreta de su propio hogar. Entrañable.
Se echa en falta la aparición de algun guardia civil pederasta o ludópata, alcohólico y que infle a golpes a su santa esposa, que daría un toque a un más progre a los heroicos personajillos que resisten a los terribles y malvados fachas.
Al final se ha quedado sin premios.
Lo de "Camino" es aún más sangrante.
El titiritero de Fesser utiliza el argumento de una humana -y dramática- historia para, manipulando los sentimientos del espectador, generar ante éste una visión falseada del Opus Dei y, por extensión, de la Iglesia Católica.
La historia que cuenta Javier Fesser en “Camino” ha causado indignación en la familia de Alexia González-Barros (la niña en la que afirma haberse inspirado Fesser) por su falta de correspondencia con la realidad .
Ha puesto en evidencia no sólo una gran falta de profesionalidad, sino también un nulo respeto hacia los sentimientos de una familia que, tras sufrir la pérdida de un ser querido, tiene que sufrir ahora las difamaciones de un director de cine dispuesto todo a costa de generar polémica y de falsear la realidad.
Este video recoge las pocas imágenes que han quedado de la verdadera historia de Alexia.
Comparen con la defecación del titiritero, que en su patético estreno, sólo vieron 180.000 espectadores.



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