Si llega a estar Marín...

Si Manuel Marín hubiese presidido ayer el Senado italiano, por donde han pasado antecesores como Cicerón, le hubiese dado un síncope.
Marín es una especie de Seymour Skinner, obsesionado con que los alumnos sean disciplinados, no griten y se alboroten, y mantengan el culo pegado a la silla sin algaradas.
Incluso tiene a su propio Bart Simpson , reencarnado en el diputado popular Martinez Pujalte, un pequeño "gamberro" con bigote. Ignora Marín que la tradición parlamentaria británica está jalonada de gritos y abucheos, sin que por ello se le caiga la peluca al "chairman" ni agarre el frasco de sales.
Y que decir del Parlamento coreano, donde los chicos se desmelenan y saltan entre las bancadas repartiendo hostias como felicitaciones navideñas.
Pues ayer, como iba diciendo, el Senado italiano le negó a Romano Prodi el voto de confianza que había pedido tras la decisión del pequeño partido aliado democristiano UDEUR de abandonar "La Unión", que la dejó en minoría en la Cámara Alta.
Prodi perdió por 161 votos contra 156 y presentó este jueves su dimisión al Jefe del Estado, Giorgio Napolitano.
Lo acontecido antes de la votación, durante el debate, fue digno de figurar en algún guión de película neorrealista, que Roberto Rossellini redivivo filmaría encantado.
Los senadores de la oposición de centroderecha se han liado a golpes e insultos contra su compañero Nuccio Cusumano, un transfuga sosias de ese Joaquín Calomarde travestido, que había anunciado su intención de votar a favor de Prodi.
A partir de ese momento se desencadena el quilombo y comienzan los insultos ("vendido, cornudo, pedazo de mierda".....) hasta el punto que el pleno se suspende unos minutos, para que el personal se tranquilice, vayan al bar y se tomen una infusión o se pasen a la meditación Zen.
Pero no.
Tras el anuncio de Cusumano, y reanudarse la sesión, el hemiciclo se convirtió en un patio de vecinos, oyéndose insultos como "maricón, puttana, travestí...." y otros de semejante calado, que hacen que Cusumano, con fama de "sensible" cual Zerolo, se desmaye en plan Madame Bovary y tenga que ser sacado del hemiciclo en una camilla.
Que la clase política italiana es un desastre, es una evidencia palpable. Con un país sumido en una crisis económica, debido a la nefasta gestión de la izquierda de Prodi (donde van la lian....), el Senado ve como sus distinguidas señorias se han transmutado en "tifossi" del Fondo Sur.
Lo mejor de todo, fue la reacción del paciente pueblo italiano ; ¡¡que se besen,que se besen!!, gritaba el personal mientras contemplaba el espectáculo.
Con estos " coglione", que va a decir uno...

gutisiempre@hotmail.com