sábado, octubre 19, 2013

La credibilidad





                                                                                                  
"Ahora, de algunos periódicos,
no te puedes creer ni el staff,
porque sigo saliendo en él
y yo ya no estoy allí"

Gumersindo Lafuente,
Ex director de elmundo.es



Corría 1880, cuando John Swinton redactor jefe del New York Times en una entrega de premios periodísticos, tomó la palabra y profirió un discurso incendiario que sonó como un aldabonazo en las conciencias de los allí presentes.
En Estados Unidos, actualmente, no existe prensa libre e independiente. Ustedes lo saben tan bien como yo. Ni uno solo de entre ustedes se atreve a escribir sus opiniones honradas, y saben muy bien que si lo hicieran no se publicarían. Me pagan un sueldo para que no publique mis opiniones, y todos sabemos que si osáramos hacerlo nos encontraríamos en la calle de inmediato. La labor del periodista es la destrucción de la verdad, la mentira flagrante, la perversión de los hechos y la manipulación de la opinión al servicio de las potencias económicas. Somos herramientas obedientes de los ricos y poderosos que mueven los hilos entre bastidores. Nuestros talentos, nuestras capacidades y nuestras vidas pertenecen a esos hombres. Somos prostitutas del intelecto. Todo esto, ¡ustedes lo saben tan bien como yo!

Mucho ha llovido desde entonces, pero la enfermedad está más presente que nunca. La pérdida de credibilidad de la prensa ha alcanzado cotas desconocidas, hasta el punto que la profesión periodística es una de las peor valoradas,según una reciente encuesta del CIS.
Partamos de la base de que el principio más importante que debe primar en la actividad periodística es la verdad, generando así, en los lectores, credibilidad. En nuestro país, lamentablemente,el tema de la credibilidad periodística ha llegado a niveles de alcantarilla.

Los profesionales de la prensa de raigambre clásica, no entienden el denominado periodismo ciudadano, la aportación de públicos a través de las redes sociales y de los blogs, pero se dan cuenta - y lamentan- de que están perdiendo el control total de las fuentes. En el camino, la prensa en su conjunto ha ido olvidando en el trastero  los más elementales principios periodísticos : los periodistas tienen la función de buscar, juzgar y transmitir la información de forma adecuada y rigurosa. 

La desinformación comienza con la pretensión del periodista que se siente protagonista, igualado con el político,deportista o empresario en su absoluto esnobismo social, en su ansia de notoriedad.

La prensa escrita está inmersa en una crisis descomunal. En España está experimentando un brutal descenso de difusión y una gravísima pérdida de identidad. ¿Por qué y cómo se ha llegado a esta situación?.
Al margen de la influencia de la crisis económica, las causas profundas de esta crisis hay que buscarlas en la pérdida de credibilidad y en el desafecto de la ciudadanía.

La prensa debería ser hacer una profunda y meticulosa autocrítica para que su crisis de credibilidad no siga en aumento. 


 natpastor@gmail.com

6 comentarios:

El último de Filipinas dijo...

Se dijo que la fotografía mataría a la pintura. No fue así porque la pintura supo adaptarse y cambiar. Lo mismo debe hacer la prensa ante lo que se le ha venido encima. Mientras no ofrezca algo distinto a lo que los nuevos medios le dan al ciudadano, no tiene nada que hacer. Ah, y tiene que ser interesante. Casi nada.

velarde dijo...

enemos un periodismo de trinchera adsolutamente parcial y subjetivo, en lo politico defienden al psoe o al pp, en lo deportivo r. madrid o barsa, hasta en la prensa rosa eres de belen esteban o la campanario...la objetividad periodistica deberia ser el proposito de cualquier profesional es una utopia al servicio de poderes muy por encima de las personas.

Campurriana dijo...

Esta pretensión me parece una utopía, Natalia. Pero, por otro lado, creo que se tendría que intentar. ¿Existe algún periodista objetivo (en la medida de lo posible) que coma?...

Personalmente, me fío más de los blogueros particulares que de las grandes portadas.
No me extraña. Los poderes del mundo nos están matando.

La información no existe.

Unknown dijo...

Hola Natalia: un placer poder comentar contigo en tu blog. Estoy muy de acuerdo en tus opiniones, sólo me atrevería a comentar un par de cosas: la crisis de la prensa está, obviamente en la falta de imparcialidad y credibilidad,pero esto son las consecuencias,no las causas. Falta de credibilidad porque vende más la mediocridad que el trabajo riguroso,la inmediatez que lo riguroso,la falta de talento y el amiguismo que la verdad.
Que la gente,público objetivo que somos todos nosotros no lo olvidemos, muestre ese desapego es una consecuencia de todo ésto. En el periodismo deportivo estas características ya llegan al paroxismo dándose casos como le pasan a Casillas actualmente,sus propios "amigos" de la prensa le van a llevar,ya lo están haciendo, a su destrucción y a abandonar el Madrid y a acabar con su carrera,al tiempo.
Un saludo y gracias.
Tony:@tony73_

Melchorgaspar dijo...

La prensa no se hunde; le pasa algo peor: flota como un cuerpo inerte.
Buenos días, Natalia.
Melchorgaspar [el de La Peluca de Jovellanos]

Claudedeu dijo...

Es triste la situación de la prensa, pero hay una polarización mediática que, a mí personalmente, me da asco. Igual que al Pla ese le daba asco ser español, a mí me da asco -y perdón por la expresión- la polarización de los medios de comunicación. Parece que o tienen que estar conel Gobierno o contra él, y no hay términos medios.