lunes, noviembre 27, 2006

Violencia de ¿?

El pasado fin de semana, además de la multitudinaria manifestación convocada por la AVT, que los medios de siempre han bien silenciado, bien minimizado, se celebró otra en contra de lo que se ha denominado violencia de género. No me gusta el eufemismo al que se ha recurrido, por impreciso e inexacto, como todo eufemismo. Es un tema delicado en extremo, se tiene que abordar con sumo cuidado, por su alta susceptibilidad a la tergiversación y la demagogia.
Cualquier número, superior a cero, de personas (no sólo mujeres) atacadas, amenazadas, heridas o muertas a manos de su pareja, me parece elevado. Es cierto que en la práctica totalidad de los casos la víctima es una mujer, pero a ella habría que añadir el resto de la familia. Se atribuye al machismo la causa de esta violencia, pero, salvando supuestos en que así es por considerar el hombre que la mujer forma parte de sus propiedades, hay otros en que ese machismo no es sino un reduccionismo de algo más amplio y complejo: simple autoritarismo. Hay hombres que sienten la necesidad de que su voluntad se vea cumplida, de imponer su criterio, por las buenas o por la fuerza; pero también hay mujeres que encajan en este perfil, recurriendo a la violencia psicológica, en la que la mujer gana a violenta. Sea él o sea ella quien así actúe, la pareja es víctima, y, habiendo hijos, también estos son víctimas de tal violencia, por eso me parece inexacto aplicar el concepto violencia de género de modo general, porque no es el sexo (que no género) lo que condiciona su empleo, ni algo relacionado con él (creer que el hombre es superior, que la mujer es una propiedad, etc.), sino la simple necesidad de ser obedecido por todos los que rodean al violento en el ámbito doméstico.
Junto al anterior motivo, también habría que señalar otro psicológico, considerar que sin esa persona no se puede vivir, con independencia de que pueda ser acumulativo al de "o mía o de nadie". En un caso como el del octogenario que mató, la semana pasada, a su mujer, también octogenaria y largo tiempo enferma, se habló de violencia de género; me gustaría conocer los antecedentes, si hubo algún maltrato a lo largo de sus vidas en común, porque si no lo hubo, me inclino por un conyugicidio porque ese anciano o no quiso seguir viéndola sufrir, y luego no quiso seguir viviendo sin ella, o pensó qué sería de ella si él faltaba. En cualquier caso, no es comparable a una convivencia de continuo maltrato.
Y seguro que psiquiatras y psicólogos podrían hacer una más o menos larga enumeración de motivaciones.
Además de esa generalización, que como todas normalmente conduce a un error, hay otro punto que me parece incorrecto, por insuficiente. El relativo a la concienciación social. Creo que donde hay que hacer hincapié es en la concienciación de las propias víctimas, puesto que un porcentaje altísimo -alrededor del 70%- de las agresiones más cruentas, muchas de las cuales suponen la muerte de la víctima, se produce cuando ésta se salta la orden de alejamiento, pensando que la otra parte ha cambiado o propiciando un acercamiento que ingenuamente busca dar otra oportunidad. En otras ocasiones, la víctima ha retirado la denuncia.
Un elemento añadido es que, aun siendo absolutamente deleznable, hay mujeres que interponen denuncias y/o demandas por malos tratos que son falsos. Y no lo digo yo, lo atestiguan jueces que han conocido de causas en este sentido. Unas veces por hacer daño, otras como chantaje en separaciones y divorcios, en suma, otra diversidad de motivaciones.
Con respecto al Ejecutivo, no todo es elaborar una ley y hacer declaraciones. Son necesarios los medios materiales y humanos -policiales, judiciales- que posibiliten la protección efectiva de las víctimas, o nunca creerán eso de que con una denuncia están a salvo. Priorizar esta cuestión en lugar de darle bombo meramente discursivo.
Los medios de comunicación también tienen su cuota. No sé hasta qué punto es beneficioso que aparezcan casi a diario noticias relacionadas con el tema (casos como el del octogenario, nuevos asesinatos, leyes, declaraciones de políticos, intelectuales o quien toque,...) porque se corre el riesgo de inmunizarnos por saturación.
El ministro Caldera declaró hace unos días que a los maltratadores hay que llevarlos a la exclusión social. Peligrosa manifestación si no la especifica. De todos modos sería mucho más contundente y ejemplarizante que, por ejemplo, empezara excluyendo al concejal socialista de Aracena, condenado en sentencia firme por maltratar a su mujer, y que continúa ostentando y ejerciendo su acta de edil.

6 comentarios:

Sempietnos dijo...

La degradación moral,querida Natalia,que afecta a la sociedad en que vivimos,hace que el absoluto desprecio a los valores,al prójimo,a tu propia pareja,sea el epílogo de este supuesto progreso que algunos invocan.
Deberiamos reflexionar,hacia donde nos dirijimos.

GFO dijo...

Llueven hostias de todos los colores,casi a diario una mujer es degollada,acuchillada o quemada viva a manos de un sicópata que un dia le juró amor eterno y es el padre de sus hijos.
Estos hijosdeputa merecerian que un escuadrón de la muerte pasara a visitarlos,y les hiciera sentir en los huesos el miedo cerval que ellos infligieron a sus desvalidas parejas.
No se trata de machismo ni demás milongas feministas.Es tan simple como que hay auténticos killers deambulando por nuestras calles,capaces de rebanar el cuello a su esposa o sodomizar a un niño de 9 años.
Eso si;ya no se oye al falaz Pepiño Blanco ni al tarado Caldera culpar de las muertes al gobierno de Aznar.
Los ataudes siguen desfilando en plena era del talante.

Anónimo dijo...

Bueno Natalia, y qué nos dices de que quien nos ilustra en el camino de la "pá", leáse Jesús Eguiguren, presidente del PSE, sea un condenado por maltratos.

Desde luego es dramático el asunto de la violencia doméstica; para mujeres y para hombres, que tantos hombres se niegan a reconocer. Constantemente la noticia de los maltratos lleva como muletilla de haberse saltado la orden de alejamiento.

Por otro lado, hay que incidir en la parte que señalas de utilizar como arma el maltrato para venganzas entre parejas, a sabiendas de que la actual legislación es favorable a la mujer, hasta el punto de que una juez interpuso un recurso al Constitucional, que no sé si acabó, o está caminando.

En cualquier caso, como dicen sempietnos y guti4ever, deberíamos reflexionar, porque los ataúdes siguen desfilando en plena era del talante.

eres_mi_cruz dijo...

Estoy, Natalia, totalmente de acuerdo con usted y hay que hablar claro: se ha colocado al hombre de partida en una posición de sospechoso.
Es algo tan injusto y descabellado como lo de rellenar por ley el cupo de hembra en el trabajo.

Sobra su último párrafo, esa apostilla que siempre nos enfrentará (pienso, por ejemplo, que del mismo modo podría poner al alcalde de Ponferrada, pero claro, Nevenka es una desequilibrada... muy atractiva).

Natalia Pastor dijo...

Eres_mi_cruz, claro que podría poner ese ejemplo, pero no aquí. Porque se trata de un caso de acoso sexual, y porque ese alcalde dimitió tras ser condenado.

eres_mi_cruz dijo...

Hmmmmmn...
¿vale Alvarez Cascos como animal de compañía?