Dios se encarnó en la madera,
Y tomó forma de Gran Poder,
Y ni tan sólo una astilla siquiera,
Se hizo en tu rostro primavera
Señor, sólo por soñarte ver.
Tu cara desencarnada y silente
Tus cabellos, compás de racheos,
Y tus labios de amor casi inertes
Impresionante, Natalia.
ResponderEliminarYo tuve la inmensa suerte hace unos diez años, en compañía de mi marido y un grupo de amigos de Sevilla, de vivir la "Madrugá" y es algo indescriptible.
Impresionante. En Vigo no las tenemos tan bellas.
ResponderEliminarSaludos.
La manera de vivir la Semana Santa en todos esos sitios donde existe la tradición de los pasos, es francamente impactante. A mi, una de las que más me gusta es en la que desfilan los legionarios.
ResponderEliminarSaludos
Me gustaria vivirla,se escucha tanto de ella.
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