Lo insólito. (Zapatero y Macondo)

El término "realismo mágico" nació en las artes plásticas y sólo después se extendió a la literatura. Lo utilizó el crítico alemán Franz Roh en 1925 para caracterizar un grupo de pintores post-expresionistas, y luego fue remplazado por el término "nueva objetividad". A pesar de este cambio, el realismo mágico sirvió para definir una tendencia en la narrativa hispanoamericana entre 1950 a 1970.

El realismo mágico se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo extraño o insólito.

Zapatero, en una rueda de prensa tras reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y con el de la Comisión Europea, José Manuel Duräo Barroso, al ser preguntado por su capacidad para llevar a cabo esta tarea, - el día en que Eurostat volvió a situar a España como el país con mayor tasa de paro de la eurozona- ,consideró en primer lugar "sorprendente" dicha pregunta y afirmó que "resulta insólito" cuestionar la capacidad de España para presidir la UE en plena crisis internacional .
El momento culminante, lo auténticamente insólito que nos lleva al realismo mágico de García Márquez, fue cuando afirma sin sonrojarse y sin que se le caiga la cara de vergüenza que "España está a punto de salir de la recesión, si no lo ha hecho ya".

El realismo mágico hace posible que la objetividad de la vida material se vea matizada por la subjetividad de la fantasía. Lo insólito no es la pregunta a Zapatero, ni siquiera que un indigente intelectual incapaz de ser presidente de una comunidad de vecinos, sea presidente del Gobierno de España. No.
Lo insólito es que este sujeto viva en una situaciones parecida a la de los cuentos de hadas, entre levitaciones y premoniciones. Zapatero habita un Macondo virtual ; vive en una atmósfera mágica que atenúa la miseria social y humana de un país con 5.000.000 de parados y diez millones de pobres.
Si los Buendía y los Iguarán, han acabado por dar luz a un muchacho con cola de iguana a fuerza de casarse entre sí, Zapatero cree que a fuerza de invocar una recuperación económica fantasmagórica y unos "brotes verdes" quiméricos, los parados se evanesceran de las listas del INEM, el PIB crecerá y crecerá a través de una "economía sostenible" que él ha introducido, como el gitano Melquiades introdujo el hielo y el imán en Macondo .
Nada, ni la realidad diaría, ni los datos apabullantes, ni la imagen de un país hundido, ni los editoriales del Financial Times, The Economist o el propio New York Times arrancarán a Zapatero de su ensoñación mágica.
Se irá de la Moncloa, como Aureliano Buendía se fue de un Macondo arrasado por las aguas.

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