Nosotros también podemos

Debió ser mientras veían el estreno de la vituperable campaña insultante y vejatoria para el varón, Ellos también pueden, cuando se encendió el filamento de 0.001Wattio de Moncloa. Si ella (La France) puede, nosotros también. Y allá fue Bernardino León, presto y veloz, a recoger a los tres españoles que aún permanecían en Chad.

Esta vez no se nos adelanta Sarkozy, debió pensar Rodríguez:

- Bernardino, a las 6:00 a.m. sales hacia tierras chadianas, para ser el primero, como en las rebajas.

Lesa su soberbia y manifestados primero su abandono de nuestros compatriotas y después la inoperancia de su diplomacia, el Presidente y Asuntos Exteriores -siguiendo la estela productora del partido socialista- deciden elaborar un remake de Operación Sarkozy.

En cuanto se sabe oficiosamente que los pilotos y el auxiliar de vuelo serán puestos en libertad, el Secretario de Exteriores despega. Pero uno no puede saltarse las reglas básicas de buena educación y urbanidad, acudiendo a casa ajena sin previo aviso; menos aún si se carece de relaciones diplomáticas con el anfitrión y éste acaba de manifestar su malestar por el mensaje francés sobre dónde serán juzgados los miembros de la ONG a la que se considera delictiva.

Consecuencia: al avión de León se le prohibe aterrizar en Chad y tiene que hacerlo en Níger, por entender el Gobierno chadiano que se trata de una ingerencia en su soberanía. ¿No se podía esperar a que el juez declarara oficialmente la puesta en libertad de los españoles?, ¿ahora tenían prisa?. Siempre hablando de sensibilidades y cuando existe una verdadera, no la captan. Chad también tiene su dignidad y amor propio, aunque se sepa más pobre que la mayoría. No es de recibo un descuido, por minúsculo que sea, con relación a mostrar manifiesto respeto hacia sus decisiones. Si se conocía la liberación, no había premura; podía esperarse unas horas, y no se ha hecho.

Una cosa es que Sarkozy haga demostración de su posición de fuerza y otra que lo intente Rodríguez. El espacio internacional es como un patio de vecinos y todos saben ya que el morador al que ninguno quiere por melifluo y por invitar a cualquiera a dormir en el portal reside en España. El Gobierno chadiano no iba a permitir que sus ciudadanos pudieran malinterpretar alguna suerte de doblegamiento ante el enviado español.

Sarkozy tiene la ventaja de las relaciones Francia-Chad, respeto por sí mismo y por los socios internacionales con los que cuenta: enfrentarse a él es enfrentarse a todos los demás. Zapatero ha logrado el más difícil todavía, deshaciendo el trabajo diplomático de décadas de los sucesivos presidentes, ni siquiera uno de los países más pobres lo teme a él ni por supuesto a sus socios. La humillación ha sido doble para todos los españoles.

Los remakes no cambian la esencia de las historias: el héroe sigue siendo el héroe y el villano sigue siendo el villano.

natpastor@gmail.com